Este año el covid-19 nos ha robado besos y abrazos, ha escondido nuestra sonrisa detrás de la mascarilla y nos ha obligado a distanciarnos emocionalmente, pero NADIE PUEDE ROBARNOS EL AMOR. Estas Navidades tendremos  que protegernos del coronavirus y cuidar más que nunca los vínculos afectivos con la familia y con los amigos.
Utilicemos la pandemia por coronavirus para revalorizar la esencia de la Navidad  como símbolo del nacimiento de un niño -dios del amor, cuidado por unos padres humildes y por unos pastores pobres.
La Navidad, como la sociedad, misma en los últimos años se había convertido en un exceso de consumismo, de ocio, de comida, de turismo. Aprovechemos la pandemia para hacer una reflexión personal y quizás una reorganización en nuestra ESCALA DE VALORES y en los deseos para el próximo año.
El equinoccio de Invierno también es la celebración del ciclo de la vida en la Tierra, que renace cada año .La pandemia he parado el mundo y ha frenado el exceso de la  globalización 
Mi deseo  para el 2021 es que todas las FAMILIAS disfruten del  CALOR del AMOR  y que LA ECONOMÍA SE REAJUSTE para ayudar a desarrollarse a todos los seres humanos  respetando el equilibrio de la naturaleza

 
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